Pedir préstamos fuera de España es una práctica cada vez más popular gracias a Internet, ya que las nuevas tecnologías nos permiten realizar todo tipo de operaciones sin importar las distancias o las barreras físicas. No obstante, estas acciones aún entrañan algunos riesgos y sobran las razones por las que no debemos buscar un préstamo en el extranjero.

Internet ha supuesto una revolución para nuestra manera de entender el mundo. Gracias a la gran nube, es posible realizar compras, intercambios, videollamadas… en cualquier momento y en cualquier lugar.

Lo mismo ocurre con las transacciones de dinero, que pueden efectuarse ahora sin límites por todo el mundo, con tan solo hacer un clic o pulsar una pequeña pantalla. Esto ha hecho que proliferen los préstamos fuera de España, ya que solo es necesaria una conexión a Internet para contactar con este tipo de “entidades”.

¿Por qué un préstamo en el extranjero?

Si vivimos en el extranjero

En primer lugar, hay que determinar que, si estamos viviendo fuera de España y queremos solicitar un préstamo, no lo estaremos haciendo en el extranjero, sino en nuestro país de residencia.

Este es un caso distinto al de solicitar desde España un crédito a un prestamista extranjero, si bien, el no contar con un historial en ese país en el que residimos puede suponernos algún contratiempo.

Y es que, aunque hayamos tenido algún préstamo en España que hayamos devuelto con normalidad, esos datos no llegarán a nuestra entidad extranjera, ya que no se comparten historiales de préstamos en bancos extranjeros.

Si residimos en España

Si vivimos en España y necesitamos un préstamo, lo más probable es que nos acerquemos a un banco para solicitarlo. No obstante, la crisis financiera ha endurecido los requisitos para conseguir un préstamo bancario y puede ser misión imposible si no reunimos unas estrictas condiciones.

Es por esta razón que muchas personas buscan liquidez a través de formas de financiación alternativas al banco. Y, en ocasiones, la falta de cultura cibernética, el exceso de confianza y buena fe, o simplemente la desesperación pueden llevar a situaciones catastróficas.

Es importante que, si estamos pensando en un préstamo del extranjero, tengamos una serie de cuestiones presentes para asegurarnos de que no se trata de ninguna trampa como las que varias personas denuncian cada año.

Pero… ¿es buena idea un crédito extranjero?

Una simple búsqueda puede llevarnos a multitud de sitios web extranjeros en los que conseguir dinero, incluso sin nómina y con deudas vigentes, parece más o menos fácil.

No obstante, no son pocos los que aprovechan un momento de necesidad para sacar tajada de la confianza o el desconocimiento del resto. Por ello, suele ser frecuente encontrar casos de prestamistas privados que, sin ánimo de lucro, parecen ofrecer sus ahorros apenas a cambio de nada.

En esas ocasiones, se hacen pasar por prestamistas particulares españoles que emigraron hace años al extranjero y que ahora en la vejez, quieren ayudar a personas en situaciones difíciles con el pequeño capital que han ahorrado.

En otras, son supuestos representantes de bancos extranjeros que se anuncian en sitios nada comunes para este tipo de empresas. Sus condiciones son especialmente increíbles y sus procedimientos, nada convencionales.

Son precisamente ese tipo de detalles los que nos pueden ayudar a discriminar qué es fiable y qué no.

¿Qué nos tiene que hacer desconfiar?

Existen algunas características que pueden hacer de un anuncio algo digno de toda sospecha.

Un patrón común es que los documentos que nos facilitan este tipo de prestamistas para realizar la transacción no parecen oficiales, no contienen un sello que dé rigor y suelen contener faltas de ortografía.

Asimismo, deberíamos desconfiar de todo prestamista que nos solicite una inversión inicial para concedernos el préstamo. Hay ocasiones en las que nos requieren pagar las comisiones asociadas al préstamo a priori, cuando lo normal es que se abonen en las cuotas mensuales con las que iremos devolviendo el dinero. Este tipo de pequeñas cosas nos debe hacer sospechar.

Mejor no arriesgar

A nadie le gusta que jueguen con su dinero. Por eso, todos tratamos de asegurarnos al 100% de las operaciones que realizamos con él.

Para evitar peligros innecesarios, sobre todo ante una situación delicada, podemos guiarnos por una serie de garantías con las que podremos asegurarnos de que no corremos ningún riesgo.

Por ello, debemos desechar la idea de pedir un préstamo fuera de España: no tiene ninguna ventaja de por sí, y por el contrario, sí muchas dificultades a la hora de investigar.

Y es que existen entidades de financiación alternativa en nuestro país que no tendrán problema alguno en concedernos el préstamo con la mayor seguridad y garantía, incluso en situaciones difíciles.

¿En qué debemos fijarnos para pedir préstamos en España?

Cuando estudiamos la posibilidad de solicitar un crédito a una entidad financiera, debemos comprobar que:

  1.     Se encuentra inscrita en su registro correspondiente, como, por ejemplo, el Registro Estatal de Intermediarios Financieros.
  2.     Cuenta con formas de contacto y responden al nuestras dudas, sin ambigüedades ni informaciones a medias.
  3.     Cuentan con un Aviso Legal y un documento de Términos y Condiciones en su web actualizado y bien redactado.
  4.     Podemos leer con detalle todo lo que firmamos, verificando que estos documentos están debidamente cumplimentados, con sellos y certificaciones que nos proporcionen seguridad.
  5.     No tenemos que adelantar ningún tipo de pago ni acudir a ninguna empresa de transferencias rápidas.

Internet ha traído grandes ventajas, pero también nuevas oportunidades para los estafadores. Nunca debemos dar nada por sentado y, mucho menos, confiar en el ofrecimiento de préstamos fáciles y rápidos, sobre todo si el canal por el que vienen es extraño, como un mensaje en el móvil o por correo electrónico.

Con estas consideraciones, podremos solicitar un préstamo seguro y sin riesgos para obtener la financiación que necesitamos. Tomar todas las precauciones que estén en nuestra mano es siempre un sinónimo de éxito, ya que nos ahorraremos sorpresas y cambios inesperados.

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