Aunque existe mucha información sobre cómo emprender un negocio, empezar desde cero siempre es un reto a afrontar. Conocer cuáles son las fases del emprendimiento siempre es una ventaja para saber qué esperar en cada momento.

Pese a que pueda darnos un poco de vértigo al inicio, emprender en la era digital no tiene nada que ver con hacerlo hace algunos años. El abanico de posibilidades actuales es enorme, empezando por la financiación para negocios emergentes, y acabando incluso en los créditos para emprendedores en exclusiva o los créditos para mujeres emprendedoras.

También es habitual la incertidumbre acerca de si realmente podrán hacer frente a los gastos o a la inversión inicial para poner en marcha su negocio o si con un crédito de emprendedor tendrán suficiente.

A la hora de comenzar un negocio es necesario atravesar una serie de fases que son comunes a cualquier tipo de actividad. Estas fases comienzan con una idea y avanzan por los siguientes niveles hasta que se crea el negocio, crece y realmente tiene éxito.

¿Cuáles son los pasos para emprender un negocio?

Avanzar por las etapas del emprendimiento dependerá de la experiencia que tengamos como emprendedores en ese campo. De este modo, ya tendremos información veraz sobre lo que podemos o no hacer en cada fase. Si, por otro lado, nunca hemos regentado un negocio pero tenemos un basto conocimiento técnico del sector, tendremos que hacer frente a diferentes situaciones que pueden agobiarnos y tirar por tierra el proyecto.

En ambos caso existe un punto común, que es una idea y el deseo de aprender. La diferencia entre cada una de las situaciones posibles será el punto de arranque.

Estas no son las dos únicas opciones, ya que hemos podido detectar una necesidad no satisfecha y lanzarnos a emprender en un sector que no conocemos. En este supuesto, debemos dedicar mucho tiempo a estudiar y analizar el sector para evitar pasos en falso y, sobre todo, la pérdida de dinero.

Las cinco fases del emprendimiento

1. Las aspiraciones

Como emprendedor podemos estar en uno de estos tres supuestos:

  • En el instante en el que deseamos abandonar el empleo actual porque queremos tener nuestra propia empresa.
  • En el momento de búsqueda de una fuente de ingresos porque estamos desempleados y pensamos que un negocio propio puede ser una idea genial, a pesar de no dejar de buscar un nuevo empleo.
  • Cuando queremos comenzar algo propio, pero no sabemos qué negocio emprender o cómo emprender un negocio.

Estas situaciones corresponden a la primera fase, son muchos los emprendedores que no la superan ya que necesita de coraje y valentía, además de un impulso económico.

2. El aterrizaje de la idea

Cuando somos emprendedores y creemos que tenemos una idea de negocio se espera que, sobre todo, tenga un buen potencial de ganancias.

Durante este período le damos forma a la idea y aumenta nuestro nivel de motivación, energía y entusiasmo, aunque a veces esto puede jugar en nuestra contra porque la idea no resulta ser tan viable como pensamos. En otras ocasiones nos podemos ver en la tesitura de escoger entre varias ideas geniales que, por diferentes motivos, no conseguimos llevar a cabo.

Uno de los obstáculos más habituales entre los emprendedores es la liquidez para sacar el negocio adelante. Aunque también puede ser tener miedo a dejar un buen empleo o no estar seguros de los conocimientos que se tienen al respecto. Por estos motivos son muchos los emprendedores que no pasan a la acción.

Si por diversos motivos no podemos acceder a un crédito para emprendedores en nuestro banco habitual, siempre podemos recurrir a capital privado en cualquiera de estas fases.

3. La etapa crítica

Si, definitivamente, hemos comenzado la andadura de nuestro proyecto, ya hemos emprendido.

En este momento, tanto nosotros como nuestros familiares más cercanos estamos a la expectativa de tener unas suculentas ganancias, dado que la idea tiene un potencial enorme. Pero un año no suele ser suficiente para que la empresa alcance el punto de equilibrio, es decir, que los ingresos superen la inversión inicial.

A lo largo de esta fase pasaremos de ser simples emprendedores, muy motivados y con mucha ilusión, a jóvenes empresarios. Son muchos los retos que hay que abordar a diario y la toma de decisiones es constante. Algunas serán rutinarias, sin apenas trascendencia, y otras serán determinantes para el devenir de nuestra empresa.

Es importante conocer lo que dicen las estadísticas en esta etapa. La mitad de las nuevas empresas mueren en este punto. Pero eso no quiere decir que la nuestra vaya a ser una de las que no lo consigan.

4. Consolidación

Una vez que hemos superado el primer año, que suele estar lleno de altibajos, es síntoma de que de momento estamos haciendo muchas cosas bien. Es el momento de hacer una nueva planificación a 4 años para poder consolidar el negocio.

Durante este período necesitamos consolidar los servicios y productos que ofrecemos, la relación con los proveedores, el precio y la calidad que queremos. Es una etapa para formar un equipo de trabajo para la empresa y consolidar una cartera de clientes rentables con los que nos guste trabajar y los cuales estén satisfechos con nuestros productos y servicios.

5. Éxito

Durante esta etapa estamos completamente volcados con el crecimiento y desarrollo del negocio. Del 50 % de las empresas que consiguen sobrevivir a su primer año de vida, tan solo el 10 % son exitosas en su quinto año. A pesar de ello, algunas empresas que superan esos 5 años tienen serios problemas de liquidez.

Por eso, en este momento hay que reforzar el control del negocio y delegar ciertas tareas, encargándose siempre los emprendedores de aquellas que producen mayor valor. Lo único que no podremos delegar son la organización, planificación, dirección, coordinación y control.

Tras estos primeros cinco años hemos de asegurarnos de que la empresa no ha entrado en crisis y que las ganancias que se obtengan sean del nivel de riesgo y del tipo de inversión que se precisan.

Para aquellos momentos de falta de liquidez, los préstamos de capital privado son la mejor opción, puesto que, con tan solo una garantía hipotecaria, podemos acceder a la financiación de grandes sumas de dinero y un asesoramiento a la medida de nuestro negocio.

Estas son las cinco fases fundamentales y necesarias que hay que pasar a la hora de emprender un negocio en la actualidad.

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